dimecres, de desembre 02, 2009

544 Ciclo de un pico (de arena).




Igor encontró un picazo que la tormenta había creado en una zona de la larga duna. Paseaba con su perro disfrutando del sol y el viento off-shore. No había nadie surfeando y disfrutó de una sesión en solitario como hacía mucho tiempo no gozaba.

Al día siguiente llevó a su amigo Luis. Decidieron no contárselo a nadie para seguir surfeando solos. Sin embargo Igor tomando unas cañas se lo comentó a Aitor y fueron los tres a coger tubos al día siguiente junto a Iker, el hermano de Aitor.

Aquello era el paraíso, un banco perfecto hacía retorcerse y doblarse a las ondas que venían una tras otra sin descanso. Derecha e izquierda, con solo un poco de viento off-shore las crestas se proyectaban, inmejorables. ¡Y solo cuatro en el agua!Tras un take-off fácil la ola te daba tiempo a prepararte para una sección tubera y cristalina rapidísima.

Aitor hizo unas fotos aquél día. Como estaba en paro, entre semana llevó con el permiso de Igor a unos colegas del antiguo curro que también estaban desempleados...-vais a flipar. Esos tres colegas tenían una página en internet, donde colgaban sus batallitas y fotos de sus aventuras. Pusieron fotos de su emocionante sesión, relataron su gran experiencia y quizás dieron demasiadas pistas sobre su localización..

El sábado temprano coincidieron los 7 en el agua. Se pusieron las botas aún, pero ya comenzaron algunas saltaditas de vacile, algún toque entre tablas..sin mayores consecuencias. Un gran baño para el recuerdo.

Thomas iba con su furgoneta hippielongui paseando cerca del lugar cuando vio los cuatro coches de nuestros amigos. Iba con su novia Stephie y decidieron echar un vistazo tras la duna en aquél punto. Observaron la perfecta ola y decidieron entrar. Fueron respetuosos, saludaron al entrar y esperaron su turno. Se pusieron chatos y echaron unas risas con los otros colegas; aunque eso si, tras superar unas iniciales miradas de desconfianza.

Stephie y Thomas volvieron al camping, donde esperaron a que una pareja de amigos llegara desde Alemania. Aquella noche frente al fuego, acompañados por unas cervezas, les mostraron las fotos del spot que había tomado Stephie en su portatil. Fue una agradable velada; la previsión del viento y la mar era la misma para el dia siguiente y decidieron probar temprano, al amanecer...

Bueno, y sin demasiados detalles, la historia sigue y acaba con 50 en el agua, cincuenta personas; que no tienen que ser peores o mejores ni porque lo descubrieron antes ni porque sean franceses, vascos, españoles (o como te sientas más cómodo/a), alemanes, u holandeses. Empieza a no estarse a gusto en una ola que sigue rompiendo espectacular porque alguno se pasa de la raya un poco más que los otros, quiere coger más olas, las rema todas... los demás se sienten ofendidos y responden. Otros, intimidados, se van a surfear a otros spots. Hay gritos y eso en el agua, no mola.
Es el antisurf, comentan.

Sale lo peor de algunos de ellos que se consideran locales. Hay robos, violencia, incluso se pinchan ruedas de las furgos. Aquellos que lo hacen quizás no eran tan buenas personas al fin y al cabo. Ni fuera ni dentro del agua.

Finalmente llega el siguiente maretón y el banco desaparece subitamente. Se harta, se satura. Solo quedan algunas fotografías y muchos recuerdos fragmentados en las mentes que lo vivieron. Olas, tubos, amigos, saltadas, sol, viento, convivencia, cabreos, alternativas, surf..

Un nuevo banco se divisa un par de kilómetros más allá.

7 comentaris:

Anònim ha dit...

creo que llevo surfeando desde que tengo 9 o 11 años, y recuerdo que cuando entraba en el agua era un respeto y una amistad,todo el mundo se saludaba y muy rara vez teniamos mal rollo... hoy en dia entro al agua,saludo y muxas veces recibo una mirada poco amigable, o muxas veces alguien entra y ni siquiera dice buenos dias...hasta donde yo recuerdo de pequeños nos enseñaron educacion..y lo malo es que los mas pequeños estan tomando ejemplo de estas cosas...es una lastima...

que tengas un buen dia!! por aca estamos teniendo dias de olitas!

oscar peruano

Urtzi ha dit...

Muy bonito texto Jabi!!! y muy acertada la reflexión!!!

No creo que nadie por ser supuestamente "el primero" en ver una ola tenga más derecho que otro a surfearla, porque además, siempre puede haber alguien que la haya visto antes que tu, y otro antes, etc.

La única salida es como bien dices RESPETO y EDUCACIÓN, seamos 3 en el agua o seamos 100 en el agua.

Logicamente a mi no me gusta estar con 100 en el agua, por eso no me meto cuando hay 100 por muy buena ola que sea, sino que sigo mi camino y busco una olita que no es gran cosa, pero que puedo disfrutar yo solo o con mis amigos.

Anònim ha dit...

hahahah muy buena historia javi.
ahh y por cierto, como sabes q tus amigos fueron los primeros en discubrirlo ??? puede que no hayan coencidido con los demas !!

tu has surfeao esta ola ? o se esfumo antes de llegar a disfrutarla ??

bueno aver si cuando vaya x alli vuelva a funcionar ese pico !!!

un abrazo javi HAMZA

Kukurusta ha dit...

Hamza! el relato es ficticio. La foto de la ola no pero le pasó algo parecido. Un abrazo H! Shaukran.

Niegà ha dit...

Y... ese pico por donde queda? O sea que has llevado a todos tus amigos menos a mí?!?

:-(

Niegà

Anònim ha dit...

Oye, que creo que a Stephie la conozco! Ya le diré que se corte un poco para la próxima ;)

Me ha gustado mucho el relato y que nos recordaras de algún modo los ciclos escondidos detrás de tooodo.

En el agua y fuera de ella, más respeto...hacia los demás y hacia nuestro entorno.

MZ

Antuan ha dit...

Muy bonito el texto, creo que las situaciones que se viven en el agua son un reflejo de lo que nos pasa en el día a día. Hoy en día nadie te da los buenos días por la calle o sea que tampoco lo harán en el pico, triste pero cierto.

Saludos desde el med!
Antuan