Acudimos mi pareja y yo a Cabárceno con ilusión. Pensábamos que íbamos a un sitio en el que realmente se cuidaba de los animales y se les trataba con respeto. Con argumentos biológicos razonables, por la supervivencia de ciertas especies, rescate de animales, etc..En semi-libertad, como anuncia el parque en su página web.
Muy pronto, nada más entrar nos dimos cuenta de nuestro error. Una música techno estridente y alguien hablando a viva voz por un micrófono llamó nuestra atención. Nos acercamos y vimos como al menos 5 leones marinos eran los protagonistas de un espectáculo lamentable en una piscina ridícula.
Los reptiles no estaban mejor que los leones marinos. Me entristeció ver a un varano en una habitación muy pequeña. La visita a la sección de los gorilas fue muy impactante. No somos biólogos ni entusiastas ecologistas en particular, pero ver como todos, y repito, todos los gorilas del recinto daban la espalda automáticamente a los visitantes que les observaban tras el cristal, nos dio mucho que pensar.
Teníamos claro hace mucho tiempo que nunca acudiríamos a parques acuáticos en los que retienen a cetáceos (Orcas y delfines) en peceras ridículas como el tristemente famoso Loro Parque (Click) y por eso fuimos a Cabárceno, porque pensábamos que allí hacían las cosas bien. Con ánimo de aprender. Gran error, nos sentimos engañados como pardillos.
Simplemente somos dos personas normales que valoran ver a los animales en libertad y que opina que esta no es la manera de educar a las generaciones venideras.
Ondo ibili kukureaders.
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